Hoy queremos dedicar unas líneas a los estados de ánimo, en concreto, la depresión (enfermedad por desgracia bastante frecuente a nivel mundial). Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Cada vez hay más personas que acuden a terapia y dicen no encontrar sentido a sus vidas; no sentir placer por casi ninguna o ninguna actividad que previamente disfrutaban; levantarse apatic@s, sin ilusión ni motivación por empezar un nuevo día o tener incluso pensamientos de suicidio como por ejemplo “ya nada tiene sentido, para qué vivir así”, “no sé qué pinto en esta vida”, “la solución para acabar con este sufrimiento es que desaparezca de este mundo”, “mi vida es una mierda, no puedo más” etc.
La depresión, no sólo afecta a las personas que la padecen, sino que también influye en sus seres queridos, complicando aún más si cabe, la situación. Llegados a este punto, es importante, que los familiares tengan paciencia y puedan expresar también con otras personas cómo están llevando la situación.
Para evitar llegar a un punto en el cual la depresión y la apatía se han apoderado de nuestra vida, es importante practicar cada vez más la auto-observación. Con ella conseguimos identificar nuestros síntomas más fácilmente. Debemos observar si llevamos varios días seguidos sintiendo desmotivación, apatía, falta de ilusión por cosas que nos gustaban, pocas ganas de salir o hacer actividades, falta de energía… Estos son algunos síntomas que, si no remiten en un tiempo y tampoco se deben a ninguna enfermedad o complicación física, debemos identificar y prestar atención. Si logramos identificarlos, podemos verlos, mirarlos y pararnos a sentir qué nos quieren decir. Podemos pillarlos a tiempo. Esto nos ayudará a no permanecer pasivos ante las señales de nuestro cuerpo, evitando así el alargar un estado que, con el tiempo y sin poner remedios o soluciones, da lugar a problemas mayores como el que estamos comentando: depresión.
En Ho’Omana creemos que los síntomas son mensajes que nos da la vida para que seamos conscientes de que algo tenemos que cambiar, por lo que, desde aquí, os animamos a que os atendáis y, ante los primeros avisos, pongáis solución, buscando ayuda profesional y expresando cómo os encontráis a las personas de confianza.
Para acabar, me permito el lujo de coger prestado este pequeño gran fragmento de un artículo de Matt Haig (autor del libro “Razones para seguir viviendo”) y compartirlo con vosotr@s:
La depresión es más pequeña que tú. Siempre es más pequeña que tú, incluso cuando la sientes inmensa. Ella actúa dentro de ti, no tú dentro de ella. Puede ser una gran nube oscura, pero tú eres el cielo. Tú estabas allí antes que ella. Y la nube no puede existir sin el cielo, pero el cielo sí puede existir sin la nube.
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